- Troxiéronlos atados por que non escapasen;
- diéronlos a la dueña ante que se aforrasen;
- mandó luego la dueña que a Carnal guardasen,
- e a doña Çeçina con el Toçino colgasen.
- Mandólos colgar altos, bien como atalaya,
- e que a descolgallos ninguno ý non vaya;
- luego los enforcaron de una viga de faya;
- el sayón iva deziendo: "Quien tal fizo tal aya."
- Mandó a don Carnal que guardase el Ayuno,
- e que lo toviesen ençerrado, ado non lo vea ninguno,
- si non fuese doliente o confesor alguno,
- e que'l diesen a comer al día manjar uno.
De la penitençia qu'el flaire dio a don Carnal e de cómmo el pecador se deve conffessar e quién ha poder de lo absolver
- Vino luego un fraile para lo convertir:
- començóle a predicar, de Dios a departir;
- óvose don Carnal luego mucho a sentir;
- demandó penitençia con grand arrepentir.
- En carta por escripto le dava sus pecados,
- con sello de poridat, çerrados e sellados;
- rrespondióle el flaire que'l non serían perdonados;
- çerca d'esto le dixo muchos buenos ditados:
- "Non se faze penitençia por carta nin por escripto,
- sinon por la boca misma del pecador contrito;
- non puede por escripto ser asuelto nin quito:
- menester es la palabla del conffesor bendito."
- Pues que de penitençia vos fago mençión,
- rrepetirvos querría una buena liçión:
- devedes creer firmemente, con pura devoçión,
- que por la penitençia avredes salvaçión.